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julio 20, 2025

La Primicia Noticias

Una Nueva mirada

Hablemos de pobres y poderosos en tiempos de paros

Por: Pedro Conrado Cudriz

Los que nos gobiernan y los ricos y poderosos de Colombia están asombrados y asustados, nunca esperaron la constancia y la disciplina de los pobres, a los que han ido despojando paulatinamente de todos sus derechos e incluso de la esperanza.  

Las marchas por las calles de las ciudades, en su gesto de rebeldía espiritual profundo, los asustan. Los creían esclavos de la pobreza, momias sobrevivientes de sus estilos de vida. Los han privado de una educación de calidad, de empleo y salud, pero se les ha olvidado que, en medio de las peores condiciones de vida humana, soñar con otro mundo mejor es posible, y también cultivarse una vida espiritualmente rica, lejos de la brutalidad de sus instituciones. 

La pobreza humilla al hombre mas no le quita el poder de decidir sobre su vida, la reflexión y la comprensión de su lucha por el bienestar humano. 

La pobreza deshumaniza. Y al ser administrada por el poder del régimen pretende anular el amor del hombre por sí mismo, anular el presente y el futuro e incluso el poder humano de la resistencia. Y no han podido anular la vida interior de las gentes, la rebeldía, la defensa de una vida digna a pesar del miedo y la muerte del gobierno uribista. 

Los ricos y poderosos de este país todavía no comprenden que sobrevivir en medio de la miseria y la pobreza, es más que la ardorosa lucha diaria por el pan. Es una lucha permanente contra la muerte lenta de los días, los meses y los años. La pobreza es un campo de flores marchitas, moribundas. Algún día la vida tendrá otro color. 

La lucha por la supervivencia física y espiritual de la gente – no es gratuito que los jóvenes exijan educación universitaria gratuita y contra ese modelo bancario del Icetex – genera cierta tensión ética, un dilema existencial (la vida o la muerte) que como observamos en las calles de las ciudades está a favor de la dignidad humana y contra ese afán consumista de anular los sueños del hombre para que no sea nada ni nadie como quiere el régimen del capitalismo deshumanizado nuestro. Ellos creen que somos animales, almas condicionadas solo para la supervivencia biológica. Sin embargo, nuestras convicciones apuntan a que somos mejores seres humanos que ellos. Y esto es suficiente para transformar la realidad opresiva de todos los días.