El cumpleaños número 92 de Emilia Rosa De la Hoz Truyol residenciada en la calle La Independencia en pleno corazón de Santo Tomás fue una noche bonita cargada de recuerdos de otrora, el cual compartió entre risas y lamentos a sus hijos, nietos y bisnietos que llegaron a celebrar su vida, cuyo suceso laprimicianoticias.com tuvo la oportunidad de ser testigo.
Fue sin lugar a dudas un momento especial que poco vemos ya en la sala de la casa de cualquier hogar tomasino donde las nuevas generaciones tienen la bella oportunidad de conocer a viva voz de los mayores las historias y costumbres del ayer de esta tierra que hoy cambió dejando atrás muchas cosas que se recuerdan con nostalgia.
Doña Emilia, quien se casó un 1 de febrero vísperas de la virgen de la Candelaria en el año 1953 en la Parroquia Santo Tomás de Villanueva nos contó que llegó virgen al altar siendo parte de la congregación de la virgen María donde estuvo 7 años. Su fiesta duró 4 días en medio de buena comida y la fraternidad de sus amigos y familiares.
Sobre su época de novios nos describió que se enamoró desde los 14 años y esa relación se mantuvo durante 6 años a punta de cartas, asi como lo leen, carta que iba y carta que venía, esa fue la herramienta de su relación en esos tiempos, ya que casi nunca se veía con su prometido que en paz descanse de nombre Ángel Ortiz.
También narró a la treintena de familiares que la rodearon para escuchar embelasados sus historias de amor y pasión como fue salir adelante ganándose la vida rayando yuca, criando gallinas y demás trabajos de la época que servían para ganarse el sustento de la vida. Fue una trabajadora incansable, cuya pasión también heredaron sus hijos.
La llegada a este mundo de sus nueve hijos fue con una partera de aquel entonces, la misma recibió a cada uno de sus hijos, nunca fue al hospital y nunca se hizo un control prenatal, sus partos fueron normales, al tiempo narró lo difícil de haber perdido dos embarazos por causas diversas.
Sobre la crianza de sus hijos contó que no fue fácil a los 32 años tener 9 hijos y lidiar con sus travesuras y caprichos, pero siempre inculcó el valor del trabajo y el respeto, y le enseño a los más grandes a cuidar a los más pequeños y de esa manera logró sacar adelante a esta gran familia donde se regocija hoy con sus nietos, bisnietos y su primer tataranieto.
“Hoy me siento engreída de verme rodeada de toda esta generación” dijo entre risas esta mujer de rakamandaka
La señora Emilia Rosa como muchas mujeres tomasinas que en esa época tuvieron numerosos hijos es un ejemplo de perseverancia y pasión en su rol de madre, quien ha sido una guerrera de la vida porque le ganó hace unos años el pulso al cáncer, quien la tuvo sobre las cuerdas, pero al final salió airosa y con su sonrisa y amor sigue aconsejando y regañando de buena manera a los suyos.
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