Por: Pedro Conrado Cudriz
La locura es una estrategia de la mente, no para huir de sí misma o de la realidad. No. Es para no volverse loca.
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La escritura puede convertirse en el consultorio psiquiátrico para el escritor que busca sus esencias.
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El plagio es la primera mentira desde que se inventó el mundo. Desde aquellos primeros tiempos, lo que se dice y se hace es una repetición de lo mismo, aunque sea de otra manera.
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Creo ser el sujeto más infeliz de la tierra, que ama los libros más que el amor que se tiene a sí mismo.
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Si la politiquería es una aberración del espíritu, la política tiene puertas y ventanas a las que nunca hay que ingresar.
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¡Las vanidades, tan insustanciales como engañosas! Son como las vejigas de cumpleaños.
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La libertad es reacia a la revolución del alma libre. Hay que presionarla para gozar de sus frutos.
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Ser empático no es imposible cuando uno se quiere a sí mismo. No hay maneras de quedarse anclado para siempre en la piel del otro.
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Para los pobres el tiempo es un obstáculo para la supervivencia. Vivirían mejor sin el reloj, al que culpan de todas sus desgracias.
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Mi conciencia rechaza como una peste mortal los vocablos paz, amor, justicia, solidaridad.
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Todos hablan de Covid-19 para poder hablar sin tapujos de la muerte, que hoy la aceptamos como el bollo de yuca.
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Los que detestan el aforismo se odian a sí mismos, porque detestan la parquedad ontológica de la que están hechos.
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El misterio del amor como el de la vida, es la muerte.
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El amor tan deseado, una vez ve la luz, inmediatamente comienza a devorarlo la eternidad.
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Sin ano no existirían las letrinas, los bacines ni los dolores de barriga.
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Si estás enamorado de una hermosa mujer, no la toques, no la quieras ni la infectes de amor, corromperás la belleza.
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Imaginar no es lo mismo que pintar la realidad.
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Los gobiernos criminales tienden a crear sentimientos de culpa colectivos.
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Si duermes, la noche no existe.
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Que nos gobiernen los criminales, dice más de nosotros que de ellos.
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La distopía vive en todo el centro del corazón humano. Hoy es la marca dominante en todo el mundo como cualquier marca de zapato nuevo.
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Nos incomoda lo trascendente, porque somos especialistas de fruslerías y novedades.
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Por alguna parte se inocula la enfermedad en el cuerpo humano, sobre todo la vejez y en cada segundo de nuestra corta vida.
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Quienes inventaron el mundo dejaron dicho que todo estaba ya creado. El mundo es la primera huella de los inventos.
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¿Si hay una escuela para el cuerpo, por qué no hay una escuela para el alma?
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La mediocridad no es un lujo, es otro traje viejo de nuestro ropero.
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Los genuflexos ministros del gobierno son de todos los seres inferiores, los peores.
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Consuela que todos vamos a morir sin remedio.
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La palabra escrita ocupa un lugar en la memoria, es una montaña en el paisaje del alma.
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Hubo una época en que el lector era sagrado.
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El arte es la conciencia profunda del sentido de la vida.
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¿Quién no odia las repeticiones?
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¿No somos acaso repeticiones?
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Tan desgraciado es el que ama como el que se suicida por amor.
Filosofia ,filosofia para prender el alma