Por:Eimar Pérez Bolaño
Trabajadores casi todos; las elites y dueños de los medios de producción una minoría. Por eso un saludo fraterno, combativo y solidario a todos los que con su fuerza física y mental ejercen una función que contribuye a suplir las necesidades del mundo, así como al sostenimiento y transformación social. Hoy primero de mayo conmemoramos una versión más al día Internacional de la Clase Obrera y Trabajadora a nivel global.
Históricamente son múltiples los procesos de relación entre trabajadores y empleadores, lo mismo que las políticas laborales. Sin embargo, el legado del filósofo alemán que al final del Manifiesto del Partido Comunista afirma: “Que tiemblen las clases dominantes ante una revolución comunista. Los proletarios no tienen en ella nada que perder, sino sus cadenas. Tienen un mundo que ganar. ¡Proletarios de todos los países, uníos!”, dicha tesis hoy rememora una necesidad real en pro de condiciones dignas y garantías laborales, dado a que pese estar en un siglo aparentemente prometedor, donde todos somos sujetos de derechos, donde se pulula la diferencia, solidaridad e inclusión como eje central de las relaciones humanas, es decir, en donde se tiene el imaginario de la plenitud humana, civilización, progreso y desarrollo, más bien los que existen son mecanismos y dispositivos sofisticados de esclavitud, convirtiéndose la tesis de Marx en un punto reivindicativo a pesar de toda la discusión que genere el tema.
Trabajadores casi todos; obreros casi todos. Ese es un punto de encuentro y de unión, es un punto por comprender, por concienciar. Acá no se debe discriminar o jerarquizar la profesión o la función; trabajadores casi todos. La división la genera los dueños de los medios de producción y no en vano, porque saben que al final todos somos empleados y muchos trabajadores reproducen inconscientemente un supuesto rango, pero trabajadores somos casi casi todos. También, esta misma división invisible y provocada genera las necesidades, que dejan de ser básicas, para convertirse en consumo, lo cual promueve al trabajo como una condición imprescindible.
En lo que he sido reiterativo y quiero resaltar en esta fecha reivindicativa, es que el grado de formación (médicos, ingenieros, profesores, técnicos, tecnólogos, bachilleres, etc.), función, equipos, salario, horarios viáticos, etc. no nos hace diferentes a los trabajadores, ¡que todos indistintamente la ocupación dentro de una empresa o institución al final trabajadores somos casi todos!
Más historias
La feria del libro de Santo Tomás 2025
Secreto a voces
La voz de la niñez: cuando la Corte escucha lo que la sociedad calla