Por: Juan Alberto Pacheco De la Cerda
Santo Tomás,municipio verde y ubicado en el oriente del departamento del Atlántico, cada año por esta época recibía la visita de miles de personas que llegaban desde cualquier parte del país y del mundo a presenciar una procesión que era protagonizada por creyentes católicos los cuales al recibir un favor de parte de Dios se comprometían a pagar una manda que consistía o consiste en flagelarse,cargar una cruz muy pesada,caminar de espalda o llevar la copa o el vaso de la amargura y el nazareno.
Hablamos en pasado porque desde el año anterior está prohibida esta práctica y no por caprichos de los gobernantes,si no porque la misma situación que se vive por la pandemia causada por el Covid-19 así lo amérita ya que se trata de evitar que haya aglomeración y se propague este virus.
Los protagonistas de estás “actividades” han entendido lo grave de la cosa y han postergado sus promesas para cuando todo esto pase.
Iván Pertuz quien por más de 12 años se flageló y Jorge Ariza que de sus 63 años de vida casi la mitad de ella pagó la manda de flagelante también,estás dos personas tienen en común favores por salud de ellos de algún familiar
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