El escenario internacional ha quedado conmocionado por la confirmación de una hambruna en Gaza, en pleno conflicto en curso. El Panel Integrado de Fases (IPC, por sus siglas en inglés) elevó su clasificación a Fase 5, el nivel más grave, alertando que más de medio millón de personas enfrentan “hambruna, desnutrición extrema y muerte”
Este anuncio coincide con una preocupante intensificación militar: Israel ha comenzado una operación terrestre en Gaza con el objetivo de tomar el control de Gaza City, convocando a 60 000 reservistas como parte de su ofensiva. La magnitud de los bombardeos y desplazamientos ha desatado condenas internacionales por el alto costo humano y los riesgos de escalada humanitaria.
Mientras tanto, el panorama diplomático es incierto: algunas voces interpretan la operación como un intento estratégico más que una acción militar definitiva, evidenciando un juego político de presión más allá del campo de batalla.
En este contexto, la comunidad internacional enfrenta una encrucijada: cómo responder de manera efectiva ante una crisis que ya atraviesa fronteras éticas y humanitarias, mientras el conflicto no muestra señales de tregua.
Foto: Israel_Palestinians
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