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julio 18, 2025

La Primicia Noticias

Una Nueva mirada

Las cosas como son

Por: José Alfredo Fruto

En Colombia a diario crecen los ciudadanos indignados por falta de oportunidades, los cuales exigen reivindicaciones y soluciones a sus problemáticas. Muchas de las peticiones justas. Cierto es que muchos gobiernos han abandonado a su gente, es poca la contribución para cerrar las brechas de igualdad y que por fin se de, la tan “cacareada” y anhelada justicia social.

Ahora me permito hacer una pequeña reflexión.

¿Cuál es la responsabilidad del ciudadano para ahondar la crisis y eternizar la tragedia?

Debemos buscar respuestas a situaciones como éstas:

1) Pacientes con enfermedades catastróficas que venden los medicamentos para embriagarse.

2) Jóvenes que no aprovechan la oportunidad de formación que les brinda el sena.

3) Personas que reciben subsidios del estado y los toman para hacer fiestas o celebrar cumpleaños.

4) Trabajadores del salario mínimo que no pasan un fin de semana sin ir a los estaderos y hasta amanecen.

5)Jóvenes que viven en función del próximo encuentro de pick up

6) Familias beneficiadas con vivienda para sacarlas de zona de alto riesgo y las venden o alquilan y retornan a la zona de peligro.

7)Hombres y mujeres que arrojan basuras o escombros a los canales de desagüe y luego en época de lluvias, se quejan de las inundaciones.

8) Comerciantes que reciben un plante o semilla y la despilfarran.

9)Ciudadanos de escasos ingresos que estrenan vestidos dos veces y hasta 3 por mes.

10) Ilustres personalidades sin empleo, pero que son los primeros en las fiestas patronales de los pueblos.

11) Individuos que se “rebuscan” un día o dos y de inmediato se gastan el dinero en alcohol.

12) Señores y señoras a los que se les brinda un empleo y entonces no les sirve el horario, ni el sueldo, tampoco permiten un llamado de atención del jefe y a los 8 días renuncian irrevocablemente.

Podría enumerar muchos más casos, pero por hoy dejaré unos cuantos.

Algo estamos haciendo mal.

No todo es culpa de un estado indolente.

Hemos permitido que haga carrera la ley del menos esfuerzo.

Creemos que nos merecemos todo.

Nosotros también somos responsables y debemos reflexionar, sobre la manera en la que debemos contribuir para hallar la solución.