Libreta de apuntes

Por: Pedro Conrado Cudriz

Es ese objeto mágico para escribir sueños, pendejadas, malquerencias sin la preocupación de la crítica, y en especial útil para codificar ideas, pensamientos, sentimientos, o los inicios de un cuento o la idea de un poema, o apuntes para un grafiti o un artículo de prensa. “Es el germen de un primer libro escrito a mano,” escribió hace rato en la columna “Libretas” alguna vez en El Espectador, Héctor Abad Faciolince.”

1.Narrar es contar algo. Cada vida nuestra es una anécdota que anda o camina por medio mundo y además cuenta. Siempre contamos, o mentimos, que es otra manera de hacer literatura, pero contamos desde el momento que en nacemos, y vivimos contando mundos reales o imaginarios el resto de nuestras vidas.

2. Si observamos una pelea o estamos en todo el centro de una tolvanera o ciclón, al final lo contamos. Nos pica la lengua y es la razón por la que nos fascina el cine, la literatura, la televisión o la cuentería oral, el chiste o el chisme. Es para contarle a los amigos.

3. La anécdota está en todo el centro de nuestras vidas. ¿A alguien se le olvidó alguna leyenda? ¿El jinete sin cabeza o la llorona? ¿Y los cuentos de cuna?

3.¿Cómo llegó la narración a mi vida? En primer lugar, desde la voz del terror de los abuelos, o desde hechos que a ellos les parecían anormales o extraordinarios. Después llegaron los paquitos o comic y las novelas de vaqueros y, por último, la literatura. Y también el cine a cielo abierto.

4. La lectura transformó mi existencia, la expulsó de la aburrida vida de todos los días de la casa y del mismo pueblo. Me ayudó a leer el mundo y la vida de los hombres de otra manera e introdujo en mí la mirada estética, que es otra forma de leer la belleza que se oculta detrás de la realidad, o en una calle, en una rosa, o en la vida de un perro, o en la luna. Humanizó mi alma. Y dejé de ser el adolescente tonto del pasado y del presente de los días rojos.

5. Escribir, confieso, es un ejercicio creativo contra la muerte y también contra el conflicto. Hasta que no lees o escribes, o pintas, o haces teatro, o trazas la idea de un poema en el papel, no te percatas que la creación es una energía que nos enciende el cuerpo, el alma y la conciencia. Cuando la reconoces como la compulsión de la escritura, entonces tomas el lápiz y trazas en el papel la forma de tu corazón. Y nunca te debe faltar el lápiz como dijo alguna vez Paul Auster. Y escribes un cuento, un poema, un aforismo, un texto, cualquier idea que te esté quemando las entrañas. Fernando Sabater dice que hay que escribir indignado y digo yo, encendido. Como la realidad es tan cruel intentamos nosotros al escribir, pintar un mundo mejor. También buscamos responder a la ola de misterio que emana de su lenguaje. Ya lo dije, escribir es un acto creativo y de liberación y es contra la muerte.

6. Creatividad y literatura.

Y todo se inició así:

“Todo comienza en una habitación iluminada por una lamparita, con alguien que nos cuenta un cuento. O más atrás, con una voz que nos arrulla cuando aún no tenemos palabras…” La poética de la infancia. Yolanda Reyes.

7. La escritura. No, no hay respuestas que satisfagan a nadie, apenas la intermitencia de alguna emoción, de un aguacero infernal, de la escritura que no afloja la calma, de la risa de la tía Miriam, el gesto afable de un amigo, la búsqueda ardorosa de quien soy, o no soy, las piedras en el camino, la lucha del perro por no ser perro, la fruta que amenaza con precipitarse a tierra, las manos que no engañan, el goce y el sufrimiento, la intriga y la insatisfacción de siempre, ser y no ser, la máscara, todo en unas líneas, la ilusión de los ilusos y los utópicos, la huella de las manos en los libros, la huella de los libros en uno, la intriga, el papel en blanco, la inmovilidad y el silencio, la pereza y otra vez la escritura, la búsqueda y otra vez la escritura…

8. La clave: Para leer se integran a este lucido proceso, el niño, el libro, papá o mamá, o la abuela, y en toda la mitad, la biblioteca universal, los profesores, las librerías, el libro en la lista de la comida, o se integra la vida y lo que está en el centro: ¡Ah! La voz, la magia de la voz. Y eso que decía Jorge Luís Borges: “El alma está contenida en la voz humana.”