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enero 31, 2025

La Primicia Noticias

Una Nueva mirada

Una obra de arte, novela 

Por: Pedro Conrado Cudriz

“Ese cuento era de una complejidad visual deslumbrante- le explicó el pintor 

a la dama poco después -. Cuando el tipo lo leyó sentí como si lo estuviera dibujando 

en mi mente línea por línea.”  

Una Obra de arte, es la historia del soldado que parece venir de Ojalá la guerra, la primera novela escrita por Iván Darío Fontalvo y relacionada con el tema de la conflagración nacional.  

Una vez termina la guerra, Brodel, el personaje principal, hastiado de ella persigue descansar y ubicarse en un lugar donde poder relajarse, o llevar otra vida. 

Y busca en el desierto un espacio físico después de llenar sus alforjas de oro mal habido. La construcción de la casa es parte de una nueva estética del soldado y también de una nueva ética del vivir humano. 

No es gratis la concepción del dinero que se explaya en la novela entre las páginas 23, 38, 70, 74, 78:  

-No importa – le respondió Brodel (al músico) -, no es con dinero con lo que se paga el arriendo. 

Igualmente está el bosque, los inquilinos especiales, la equidad y la justicia social aplicada por el guerrero a todos los que contribuyeron a la construcción del hotel en el desierto.  

Una obra de arte es una novela corta como Ojalá la guerra y La gran obra. Iván Fontalvo, el autor de estas novelas, ha logrado comprender la estructura mental de su tiempo. La condensación de su escritura no es gratuita, va en contravía al reconocido movimiento rápido y vertiginoso de la sociedad; en contravía a la creencia inútil de los inalcanzables hilos del tiempo. Si el tiempo es un animal inalcanzable como el guepardo, es imposible de administrar, entonces es en vano pretender la lectura de obras de más de trescientas páginas.  

Sin embargo, una novela corta tiene sus retos, la concentración de la prosa y la precisión del lenguaje y la historia, y no es solo la economía del lenguaje. 

La estructura de esta novela ganadora de la UIS en el 2019, me recordó una novela italiana compartida su lectura con el autor, Iván Fontalvo, Seda de Baricco. La brevedad de sus capítulos y la manera como fue escrita comparte con Baricco la forma y un estilo estético descansado y provocador.  

El guiño de Fontalvo con relación a Baricco está vertido en la estructura, en la pajarera, por ejemplo, y en el recorrido del músico por Europa, África, y en el hecho de que también “Hizo la ruta de la seda.” 

Hay que decirlo, la brevedad es un arte escaso, Camus, Borges, Kafka, Kawabata, entre otros, también la ensayaron. 

La historia de Una Obra de arte tiene la complejidad de lo simple. El letrero “Se alquilan habitaciones para artistas decepcionados,” no es solo una provocación para tomar por las orejas al lector y meterlo de cabeza en la narración de la historia, es también la ruta de la historia novelada. 

Llama la atención que el único que tiene nombre en la novela es Brodel, el resto, es el artista, el músico, el pintor, la domestica, el carpintero, el escritor, la actriz, el director. Pareciera inocuo llamar por los nombres a los clientes en el desierto. Porque el desierto no es la ciudad de los relámpagos fotográficos de las grandes ciudades y la perniciosa fama. 

Ya casi al final de la novela el narrador reconoce que el desierto es una metáfora. Fotografió el dolor de los sueños vacíos y otra vez el encuentro con la esperanza. Porque cada uno de los personajes novelados le venía huyendo al fantasma fracasado de sus sueños, una manera de huirle al espejo hasta encontrar el otro yo perdido en el anonimato de un mundo escaso en el desierto.  

“Todas las personas, dice el autor de la novela, han necesitado un poco una casa ilusoria que los salve de la aridez de sus sueños.” 

Todo esto hasta que nos asombra el cuento del escritor, leído en medio de la atmosfera del silencio desértico. Y allí los personajes del cuento tienen sus nombres: Claudio y Ágata.  

En ese instante recordé a Remedios la bella subiendo a los cielos; de este calibre literario es la belleza del cuento. 

Este cuento es la historia increíble de una mente excepcionalmente creativa y no solo ficcional, porque Fontalvo, el autor, ha probado que la imaginación es una herramienta de la escritura muy poderosa cuando de asombros se trata, o cuando de romper los límites de la misma realidad ficcional es una obligación de los dones creativos. Sus lectores no esperan otra cosa de sus escritos, esperan seguir asombrados en medio de una vida aburrida y prisionera de las lianas de la cotidianidad diaria. En este abismo existencial la literatura, el libro y la lectura son fundamentales para escapar del hastío después de las doce del mediodía.   

Llama la atención que la historia del cuento está ubicada en la guajira. ¿la novela trascurre en el desierto de la guajira? 

El novelista tiene el don de caracterizar muy bien a los personajes de la novela, porque después de cierto tiempo uno los recuerda como el pintor que delinea el rostro de su madre. Son inolvidables. En especial Brodel, que el autor reitera la presentación de él como “Un hombre con una gorra de militar hundida hasta las cejas.” 

Y para finalizar, me sorprendió también la visita del Principito en la arena suelta del desierto, Brodel “al levantar la vista se encontró en la entrada del muro de rocas a un sujeto con botas largas de cuero por fuera del pantalón y unos pequeños lentes de pilotaje colgando delante del cuello. Algo habló el hombre de un avión averiado en el desierto y de un niño de rizos de oro, muerto por una serpiente quién sabe dónde.” 

Preguntas de completitud: ¿Por qué el título? ¿Qué nos quiso transmitir el autor? ¿Escribió el cuento antes o en desarrollo de la novela?