Por: José Alfredo Fruto Muriel
El proceso electoral está a la vuelta de la esquina. 5 meses se pasan volando y por el sentir ciudadano, hoy no hay un claro favorito.
La contienda es triste, sin sabor, cero atractiva, gris, carente de alegría, sin oratoria, no se evidencia un liderazgo genuino, desabrida. Dicen los entendidos en la materia que sigue sin aparecer el candidato o candidata que condimente, concite, despierte el interés, se perfile como la persona idónea, capaz de regir los destinos de nuestro municipio.
Las encuestas marcan lo mismo. Todos están en el partidor, pero ninguno llena realmente a un electorado que vive ansioso esperando la gran propuesta, el plan, el derrotero, una ruta seductora, planteamientos viables, la campaña tomasina es un somnífero, nula emoción, invita al bostezo, predecible.
Esperamos ahora el homenaje a los padres, fiesta de la Virgen Del Carmen, Santa Marta, un mercado por aquí, una oferta laboral por allá. Reuniones a las que van los mismos, movidos por lo mismo. No demora la aparición de un pasquín, la resurrección de alguna falla pasada, la denuncia de trasteo, 5 mil camisetas por las calles, la bulla del perifoneo, fiestas patronales y llegó el 29. La suerte está echada.
Esa es la cruda, preocupante, dolorosa y hasta espantosa realidad.
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