Por: José Alfredo Fruto
Transcurrían los primeros años de la década de los sesenta, la comunidad educativa del colegio Oriental estaba consternada por la dolorosa noticia que desde temprano llegaba. Murió Luís Felipe de la Hoz, el futbolista y atleta de desempeño superior.
El hecho a todos sobrecogió, pero a un adolescente en particular marcó. Su compañero de pupitre estaba impactado porque hacía sólo unos días con el difunto sobre muchos temas había hablado.
El padre Sigifredo Agudelo, visiblemente acongojado necesitaba en la eucaristía que alguien pronunciara las palabras de despedida, fue entonces cuando en el joven Acosta pondría su mirada fija y con una voz firme lo escogió. El alumno sin experiencia por honrar a su amigo aceptó. Sus frases salían en verso y con voz de trueno a todos conmovió, por lo que un asistente le dijo, escribe poemas y poesías tienes talento y tus escritos rima. Así, sin proponérselo tuvo su encuentro con la gran pasión de su vida.
Hoy lleva escritas más de mil poesías, 100 cuentos y 30 canciones con su melodía, le ha hablado a las flores, a mujeres bonitas, a los amigos, naturaleza, niños y a la que define como el corazón de la familia a la madre bendita.
Es el Rey de la comedia desde que en una fiesta carnavalera con el “cholo” Juan Cerpa y Javier Fontalvo, el popular “poncho” salieron calle por calle contando con humor, alegrías y tragedias.
Hasta para las conquistas su don sirvió, no sólo para las propias, sino la de amigos, vecinos, clientes y hasta un exitoso empresario jovial y decente que le aseguraba todos los días el almuerzo para que el poeta con fina letra, le mandara a su novia, bonitas frases de amor.
Dice con orgullo y no es para menos, que en todos los eventos donde participó, ganó. Hoy cuenta con diplomas, menciones honoríficas, medallas y todos los trofeos que dan cuenta que su talento a grandes escenarios cautivó.
Su madre doña Emelina, decía y se lo repetía que su talento no lo cogía del suelo su abuelo Hipólito Varela fue de la región el mejor decimero. Hoy cuando una enfermedad pretendía llevarlo al retiro, se encontró con que a sus hijos los apasiona el arte tanto como a él mismo y ese sentimiento se extendió hasta los nietos que lo acompañan y aprovechan la tecnología para copiar al pie de la letra las bellezas que su mente crea y otras que imagina.
Hoy reconocemos, tributamos homenaje, confirmamos admiración, aprecio y agradecimiento por todo lo que ha hecho por nuestra tierra y su cultura, al hombre que en tres minutos se inspiraba y convertía una idea en la más bella pintura, su legado está vigente y perdura, su nombre en alto relieve para la historia, familia y amigos, JULIÁN ACOSTA, POETA, ORGULLO TOMASINO.
Aqui esta pintado el poeta