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julio 20, 2025

La Primicia Noticias

Una Nueva mirada

De la paja en el ojo ajeno y la viga en el nuestro 

Por: Pedro Conrado Cudriz

“También en el pasado el pasado era mejor”. Juan Esteban Constaín 

¿Qué decirles a los que ahora estigmatizan a los pelaos por sus fragilidades o su estructura mental poco ortodoxa?  

Hay que ir despacio y por partes, creo yo.  

¿Son los pelaos realmente responsables del “descuadre” de sus vidas y de la nación? 

Pienso en la necesidad de reflexionar con sobriedad sobre lo que ellos heredaron del mundo adulto. A todos nos tocó duro, durísimo. Eran realidades de hambre por la pobreza del entorno, que es eterna. Por favor, no fue un solo individuo, fue toda una generación de conciudadanos, que hoy son médicos, profesores, ingenieros, etc.  

Y este fenómeno sigue ocurriendo, no por viejo, sino porque la pobreza se reedita en un acumulado de vergüenzas y humillaciones insoportables de miseria y pobreza extrema.  

Que la nostalgia no nos nuble la razón.  

La generación de la que procedemos no hizo nada por nosotros. Y es un juicio histórico, por supuesto. Y ahora esos mismos profesionales exitosos nos mienten egoístamente cuando dicen que son mejores seres humanos que la generación de los pelaos, una mentira a medias, pero finalmente una gran mentira. Se han preguntado qué heredamos nosotros de los abuelos y de nuestros padres. No heredamos las repúblicas hegemónicas liberales o conservadoras, aquellas que dieron origen al fenómeno conocido como La Violencia en Colombia, pero heredamos el cerrojo liberal-conservador del Frente Nacional y la violencia subversiva efecto del modelo político frente nacionalista, la violencia narcotraficante, la violencia paramilitar y la violencia del Estado.  

Estas realidades crudas del pasado hacen añicos las nostalgias del corazón. 

Ninguno de los abuelos, y hoy los adultos, se preocupó por el futuro de los hijos pequeños y los nietos. Somos el producto de relaciones interpersonales de tipo familiar y no transgeneracionales, que son las que legan mañanas de bienestares eternos. 

La gran mayoría de adultos pobres viven absolutamente preocupados por sobrevivir en medio de la humillación de la pobreza. No tienen tiempo para la crianza integral de los niños y adolescentes. Mientras que los mejor ubicados en la escala social viven preocupados por obtener las migajas que dejan los archicapitalistas que gobiernan el mundo: autos y trajes de marcas, viajes, pero sin el alma de las bibliotecas.  

Es el mundo actual del consumo y el confort, el mundo de la cultura de masas. Todo el mundo tiende a parecerse al otro en la maldita competencia de la mediocridad. 

No deja de ser fácil estigmatizar a los chavales cuando todo se ha descuadernado en Colombia: el Estado, la institucionalidad, la fuerza pública, la escuela, la sociedad, la familia,el individuo, el congreso, las cortes, la fiscalía. Todo. Y así y todo se sigue pensando que los pelaos no sirven para nada. No los vieron, acuérdense, reventándose la vida en el paro Nacional por todos nosotros.  

Deberíamos ayudar a resolverle a los niños y a los jóvenes los problemas serios de la escuela, los de calidad y los de infraestructura. La pobreza endémica que los mata y nos mata. La pandemia del Covid-19 debe obligar al sistema a cambiar el modelo de educación obsoleto del país, memorístico y vacío. Ahí está parte del cambio para que los pelaos sean mejores seres humanos, mejores ciudadanos y pensadores críticos de las realidades sociales en la que viven y que los tiene enajenados.  

Les pregunto, ¿si seguimos, así como si nada, eligiendo a los mismos con las mismas, la vida de los niños entre 20 años será la misma o peor que la nuestra?  

Dejen de ver la paja en el ojo ajeno, mientras en el nuestro no apreciamos la viga gigante que nos molesta.  

Coda: Antes de votar este domingo, piense: 

  1. En los que siempre han defendido la Constitución Política del 91.  
  2. En los que han defendido el acuerdo de paz de la Habana. 
  3. En los que se ha opuesto al gobierno uribista de Duque. 
  4. En las fuerzas opuestas de verdad a la corrupción. 
  5. En los que se oponen y no compran votos. 
  6. En el tipo sociedad que van encontrar los niños cuando tengan 20 años.