Por: Aurelio Pizarro
A Santo Tomás le urge implementar una política preventiva y permanente de seguridad, una estrategia eficaz que nos haga sentir todo el tiempo seguros. No podemos estar esperando a que se dé una ola de hurtos y de atracos -cómo está ocurriendo ahora- para salir corriendo a tapar el hueco: no vale salir a capturar a dos o tres ladrones solo cuando la comunidad pone el grito en el cielo. La agenda tienen que marcarla las autoridades, no los atracadores.
Más historias
Tristeza de un árbol
Piso 4
Hilos