Se le ocurrió una idea: los viejos tiene la muerte, y los jóvenes el amor, y la muerte viene una sola vez y el amor muchas.” Y. Kawabata. La casa de las bellas Durmientes“.
Por: Pedro Conrado Cudriz
Es la pregunta con la que se levantan todos los días, los soldados cada mañana.
Es la misma pregunta que nos hacemos todos, también cada mañana: ¿Quién se fue hoy? Vivimos en una guerra invisible. Sin embargo, todavía existen múltiples personas que no lo creen. Por los tapabocas y el confinamiento parece que vimos en otro planeta y que luchamos contra monstruos indetectables que nos disparan sus venenos desde distancias cortas.
Sí, la vida nos ha cambiado radicalmente y es peligroso no sentirlo ni saberlo. Ha estas horas de la historia de la pandemia del 2021 ya no existen la inocencia. Cada uno de nosotros, bajo las garras del miedo – que nos persigue en la casa y externa a ella – sabe que nos exponemos diariamente a morir en cualquier momento por contagio.
Quiero decir, por descuido.
Ya sabemos que morir es un gran acontecimiento personal, familiar y social, pero no es nada, no significa nada para la dialéctica de la vida. Lo que si tiene significado es la conservación de la comunidad humana, que hay que proteger, cuidar y alimentar espiritualmente. Por eso es peligroso separarse de ella, porque con la experiencia de hoy tiende a desaparecer, aunque suene a exageración. Un solo miembro de la sociedad que muera en edad productiva es una perdida invaluable como la de los médicos, las enfermeras y profesores…
Edad productiva relacionada con la vida, o sea, con la creatividad y la innovación.
Piense en la importancia de la solidaridad social humana como uno de los pilares éticos que sostienen las comunidades inteligentes, esas que aprendieron a cuidarse y a protegerse contra el mal, cueste lo que cueste.
A las sociedades indisciplinadas vivir bajo normas externas o internas le cuesta la vida, no ahora, siempre. Usted, amable lector, puede remitirse a las estadísticas de muerte de motos por ejemplo, o la relación de accidentes de automóviles y el consumo de alcohol. La indisciplina social está profundamente relacionada con estas variables, pero también con las culturas incivilizadas del mundo. Y Sábato pensaría más en la necesidad del hombre culto y no necesariamente en los hombres bañados en erudición.
El individuo culto es un constructor de mundos, un cuidador de la familia, de la ciudad y el hombre.
Y eso no es lo que tenemos.
“Solo el estar frente a esta máquina escribidora, se alivia mi vida.” Fredy Artizal.
Artel
Estoy harto de vivir con el leviatán, con el Estado colombiano despreciador de la vida humana.
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El nombre de la Reforma Tributaria – Ley “Agenda de transformación Social’ – es el disfraz del lobo que se comerá a Caperucita Roja.
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¿Quién es más cruel: el Covid-19 o la reforma Tributaria de Duque?
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Carrasquilla nos daría risas si no fuera por las oscuras costillas de su alma.
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¡Cuidado!, estar ahíto de lo harto, es peligroso.
Siempre filosofico Pevo bien logrado