Por: José Alfredo Fruto Muriel
Con el riesgo de perder muchos afectos de mis paisanos tomasinos, lo cual asumo humildemente, quiero de manera enfática señalar, que ese concepto, visión o descripción del pasado en el sentido que los nacidos en esta tierra, podíamos decir a boca llena que éramos buena gente, HAY QUE REVISARLO.
La manera baja, rastrera, oscura, perversa, sospechosa, irrespetuosa, agresiva, ofensiva, violenta, carente de argumentos, basada en el chisme y desprestigio, descrédito, descalificaciones, calumnias, mentiras, cuestionamientos y ataques despiadados, encarnizados, por parte de las bodegas que se esconden en perfiles falsos y las campañas orquestadas por difamadores disfrazados de políticos, resentidos vestidos de líderes y ciudadanos con alma negra para barrer y desaparecer a su oponente, contrincante y todo aquel que no piense igual, nos presentan un escenario electoral en el cual dolorosamente habrá de todo.
Nadie respeta a nadie. Atacan a la familia, amigos, conocidos, escudriñan en el pasado, mencionan hasta tres generaciones anteriores con el ánimo de ofender. Nadie presenta una propuesta, un modelo de municipio, un plan, estrategia, programa o proyección para Santo Tomás.
Señoras y señores, no hay delitos de sangre. Las estigmatizaciones sobre si eres de derecha, izquierda o centro causan daño, no están contratando asesores o expertos en comicios, sino sujetos cuya manera de actuar parece más la de un delincuente. Los de hoy criticando a sus amigos de ayer, unos presentando prontuario de antiguos aliados, olvidando que en este pueblo, como dicen los abuelos nos conocemos todos, con virtudes y pecados.
Ahora los líderes de la moral golpean al hombre, a la mujer, al joven, al viejo, también el que vive aquí o allá. Ante el primer asomo o anuncio de una aspiración a un cargo, se convierte inmediatamente en blanco de ataques y sujeto de una arremetida despiadada que busca hacer daño, sin reparar a quien pueda tocar o afectar.
El llamado es a la grandeza, respeto, tolerancia, debate de ideas, exposición de propuestas, a pensar con altura y no convertir nuestra política en un pasquín doloroso lleno de venganza y odio.
Las campañas políticas deben tener un filtro, la capacidad de censurarse y no permitir que caballeros del desorden, la pelea, injuria, chisme y peligrosos estilos de liquidar al otro, haga carrera en esta población.
Aspiren todos, propongan todos, pero por encima de cualquier consideración TODOS RESPETEN.
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